El negocio sin asesoramiento del banco ofrece la máxima flexibilidad e independencia. El cliente toma sus decisiones de inversión de forma independiente, basándose en sus conocimientos y análisis del mercado, mientras el banco ejecuta sus órdenes de forma eficiente y fiable.
Este servicio va dirigido a inversores con experiencia que desean realizar sus propias inversiones sin un acuerdo de gestión patrimonial o sin un mandato de asesoramiento.
El banco no ofrece asesoramiento ni realiza pruebas de aptitud, sino que se asegura de que sus operaciones se procesen con rapidez y precisión. El cliente tiene el control total de sus inversiones y puede actuar con flexibilidad ante los cambios del mercado en todo momento.
